Antes de presentaros las actividades pastorales que realizamos en la Parroquia San Gerardo Maiella en Anjiro, en la diócesis de Moramanga, me gustaría presentarme. Soy el padre Hubert Ambinina Aimé Ramananiaina, redentorista de la Viceprovincia de Madagascar.
Nuestra comunidad de San Gerardo está formada por tres hermanos: dos sacerdotes, el P. Gilberto como superior y de mí como párroco, y un hermano diácono a cargo de las escuelas y del dispensario médico.
Contamos con 54 iglesias, cuyas visitas se programan cada primer viernes de mes, cuando los agentes pastorales acuden al Centro de Formación Pastoral y Catequética. Al observar que la mayoría de nuestros feligreses son agricultores y ganaderos, vemos cuán urgente es organizar capacitaciones técnicas para ayudarlos a salir de la pobreza. Este compromiso es también un camino de evangelización, que ayuda “al desarrollo integral de la persona humana”, siguiendo la enseñanza social de la Iglesia. En nuestra parroquia estamos trabajando en ello junto con laicos especialistas en la materia.
También tratamos de responder a las necesidades de la Diócesis, especialmente en el campo de la educación a través de nuestras escuelas. La presencia de nuestro dispensario médico en Andrika es muy importante para ayudar a la gente de los alrededores. Muchos de ellos son tan pobres que no pueden permitirse pagar los medicamentos. Hacemos todo lo posible para ayudarlos.
Las imágenes muestran las obras de renovación de la iglesia de San Gerardo.
En 2024 renovamos la iglesia parroquial de San Gerardo Maiella en Anjiro. En nombre de todos los feligreses, agradecemos al Padre Gennaro Sorrentino, superior de la Provincia de Europa Sur, por la donación de 2000 euros que nos ha concedido. Durante su visita a Madagascar, pudo comprobar el avance de los trabajos.
Fotografías tomadas durante la visita del Gobierno General.
También agradecemos a los miembros del Consejo General que nos visitaron. Muchas gracias por sus mensajes, sus testimonios y sobre todo su ánimo para nuestra misión. Realmente nos sentimos unidos en Cristo.
P. Hubert Ambinina Aimé Ramananiaina, C.Ss.R
