Alfonso significa “viento de la paz” en Vietnam

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(Vietnam) – En el oeste de Australia, hay una famosa ciudad llamada Perth. Se tardan unos 30 minutos desde el Centro de la ciudad hasta el estuario Fremantle en coche. Cada año, hay una estación en la que el viento del océano sopla hacia la ciudad para despejar la atmósfera sofocante de la ciudad. Los australianos llaman al viento por un nombre encantador “Doctor Fremantle”. Para ellos, el viento del mar no solo enfría el aire sino que tiene el poder de curación.

Ahora, me gustaría contarles la historia de San Alfonso, el fundador de los Redentoristas. Su nombre en italiano significa “noble” o “listo”. Cuando los primeros misioneros canadienses llegaron a Vietnam, se preguntaron cómo traducir el nombre “Alfonso” al vietnamita para que la gente pueda recordarlo fácilmente. Alguien los sugirió: Alfonso suena como “an” y “phong” en el idioma local. “An” significa paz, pacífico y “Phong” significa viento. Por lo tanto, Alfonso tiene un nombre vietnamita. Es “An Phong” que es “el viento de la paz”.

En verdad, los Redentoristas han estado presentes en Vietnam durante casi 100 años y durante ese período. El viento de Alfonso ha sido incesante, en el soplar el viento del Espíritu Santo en las almas de los fieles vietnamitas y también en la sociedad. Sopla continuamente sin importar los altibajos de la historia. La razón de esto es que todos los Redentoristas son siempre fieles a la idea de nuestro fundador: servir a las personas más abandonadas que están marginadas tanto por la sociedad como por la Iglesia.

El viento de Alfonso comienza desde Dios, la fuente de la paz, que es Dios, quien envía a los Redentoristas a salir y anunciar la Buena Nueva. Ese viento aún sopla, no importa cuán difícil sea el contexto social, no importa que uno sea perseguido, mal entendido y marginado. Esa victoria de la paz sigue consolando a las almas sedientas que sufren el abandono de los amores humanos.

Oremos por nosotros, los hijos de Alfonso, para ser fuertes en la fe, regocijándonos en la esperanza, ardiendo en la caridad, ardiendo en el celo para llevar el viento de Dios a aquellos que están abandonados. Amén

Duc Trung Vu. CSsR

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