Empatía, una actitud ética en tiempos del Covid-19 (1)

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(del Blog de la Academia Alfonsiana)

A través de esta reflexión, mi objetivo es presentar algunos aspectos psico-éticos y espirituales de la empatía, para reaccionar de una manera serena, responsable, solidaria y con resiliencia en este período de la pandemia de Covid-19. En la primera parte de esta contribución al blog, discutiremos los aspectos psico-éticos de la empatía, mientras que la segunda parte estará dedicada a la dimensión espiritual.

1. Regresar a los valores éticos esenciales.

De los intercambios con gente que me rodea, me di cuenta de lo devastadora que es esta situación de contaminación para todos: muerte inmediata de seres queridos, miles de personas infectadas, falta de personal médico, cuarentena en el hogar, distancia con seres queridos, pérdida de trabajo, privación de ciertos servicios, ansiedad, preocupación, inseguridad, etc.

Pero al mismo tiempo, muchos han admitido que esta crisis es una oportunidad para entender de modo fundamental que debemos tener conciencia de los valores éticos esenciales, tales como: responsabilidad personal, corresponsabilidad civil y social, respeto por la vida humana, dignidad de la persona, sentido de la muerte, protección de la propia salud y la de los demás, familia, solidaridad, dedicación, ayuda mutua, resiliencia, coraje, benevolencia, cuidado, compasión, etc.

Para concretar la experiencia de estos valores en tiempos del Covid-19, creo que la empatía resulta ser una actitud ética fundamental para internalizar y desarrollar a nivel personal, interpersonal, social y global.

2. Los fundamentos psico-éticos de la empatía según Hoffman

Como tal, la investigación de Martin Hoffman sobre la empatía como actitud fundamental en el desarrollo del juicio moral ha sido esclarecedora. De hecho, a la luz de su investigación en psicología social, Hoffman ha demostrado por primera vez que la empatía en los humanos es una actitud innata que se desarrolla desde los primeros meses de vida, a través de las relaciones del niño con sus padres.

La originalidad de este psicólogo estadounidense fue desarrollar posteriormente un enfoque multidimensional de la empatía que integra cuatro dimensiones fundamentales del ser humano: cognitiva, afectiva, motivacional y prosocial.

– La dimensión cognitiva de la empatía se refiere a la capacidad racional de reconocer y comprender adecuadamente lo que la otra persona está experimentando y sintiendo. En resumen, hacer una interpretación correcta de las experiencias y sentimientos de los demás.

– La dimensión emocional de la empatía se refiere al impacto emocional que una situación experimentada por otro tiene en un individuo. En otras palabras, la experiencia visceral de una emoción que es congruente con la experimentada por otra persona despierta la empatía emocional.

– La dimensión motivacional de la empatía corresponde a una actitud altruista y compasiva que empuja a una persona a ayudar a la otra en su sufrimiento.

– Finalmente, la dimensión prosocial de la empatía genera una acción altruista concreta que la persona toma para ayudar realmente a una persona que sufre.

Sobre la base de estos cuatro componentes de la empatía, una de las contribuciones notables de Hoffman fue demostrar cómo esta actitud puede contribuir activamente al desarrollo del comportamiento ético y el juicio moral. De hecho, según él, se encuentran los fundamentos psicológicos del comportamiento ético:

– Por un lado, en la reacción empática hacia una persona que sufre;

– y, por otro lado, en una actitud compasiva que empuja a alguien a ayudar a una persona necesitada.

3. Cuatro actitudes empáticas hacia Covid-19

Creo que esta visión psicológica de la empatía puede ayudarnos a hacer juicios morales de corresponsabilidad, preocupación, compasión y ayuda mutua y, por lo tanto, adoptar una conducta ética adecuada en la lucha y prevención del Covid-19.

Para hacer esto, veamos cómo esta pandemia nos da la oportunidad de internalizar y desarrollar actitudes éticas basadas en estas cuatro dimensiones empáticas de Hoffman.

Empatía cognitiva: abundante información de los medios sobre el sufrimiento de tantas personas en el mundo, provoca una actitud empática que les permite “ponerse en el lugar” de estos enfermos. Por lo tanto, es posible comprender mejor su sufrimiento racionalmente.

Empatía afectiva: esta comprensión cognitiva del sufrimiento de los demás, por lo tanto, le permite profundizar las emociones asociadas con esta terrible enfermedad del Covid-19. Por lo tanto, es posible internalizar y experimentar personalmente el sufrimiento sufrido por estos enfermos.

Empatía motivacional: los sentimientos de empatía del sufrimiento de los enfermos del Covid-19 generarán una motivación empática altruista e interpersonal, así como un sentimiento de compasión para ayudar a estas personas en su sufrimiento.

Empatía prosocial: finalmente, esta compasión nos estimula a ser proactivos, llevando a cabo acciones prosociales éticas, para aliviar concretamente el sufrimiento de estos enfermos o para prevenir el contagio del Covid-19, por ejemplo:

  • médicos y enfermeras que se sacrifican generosamente a riesgo de sus vidas para atender a los enfermos con Covid-19;
  • todos los ciudadanos y familias que, por su bien personal, por la protección de los demás y por el bien común de nuestras sociedades, acuerdan fielmente “quedarse en casa”, vivir pacíficamente y con paciencia una cuarentena (a pedido de nuestros gobernantes), para evitar la propagación de la infección por Covid-19, etc.

Esta aplicación a la pandemia de Covid-19 nos permite obtener una mejor apreciación de cómo estas cuatro dimensiones de la actitud empática pueden promover el desarrollo del juicio moral y el comportamiento ético a nivel personal, interpersonal, social y global. El próximo blog estará dedicado a la dimensión espiritual de la empatía

Mario Boies, C.Ss.R., M.Ps.

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