La alegría de “hacer misión”: 50 años en Madagascar

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(Ciorani, Italia) – “La alegría de” Hacer la misión “: 50 años en Madagascar”,
Con este eslogan, la Secretaría de Misiones Extranjeras Redentoristas de la Provincia Napolitana quiso concluir las celebraciones por el objetivo temporal y espiritual alcanzado a favor de la Misión en Madagascar. Queríamos crear un evento extraordinario para concluir tales celebraciones, pero al final decidimos poner a nuestros incansables colaboradores en el centro de cada iniciativa, de hecho gran parte del mérito se lo debemos a quienes, con una pasión ejemplar, dedican tiempo, oración, afecto y ofertas. Para el crecimiento y desarrollo de la missio ad gentes.

Dos momentos fundamentales se entrecruzaron haciendo estas celebraciones fraternales e intensas: el sábado 29 de septiembre, los grupos misioneros y los colaboradores fueron convocados a Ciorani, en nuestra Casa Madre, para una discusión y planificación con vistas al año pastoral inmediato y para alegrarlos. Con nuestra familia religiosa, por la profesión temporal de un hermano laico.

El “Hacer la Misión” es un asunto familiar por el cual nuestros misioneros laicos ad gentes tienen que percibir esta pertenencia, tanto en caso de posibles fracasos, como por los éxitos y la realización de la evangelización. Al día siguiente, el domingo 30 de septiembre, los grupos misioneros y colaboradores se encontraron en la tumba de nuestro Fundador, en Pagani, donde también fueron invitados los que apoyan a los niños de nuestras escuelas en Madagascar.

En la reunión de la mañana no solo recordamos los inicios y los protagonistas de la historia de la fundación de la misión (que ya se hizo abundantemente el año pasado), sino que destacamos la importancia del Apoyo escolar a distancia, útil para el desarrollo humano y social de una misión. Personas con rasgos amables y educados. El testimonio de Sor Giacinta Panzera, misionera en Madagascar y responsable de nuestro dispensario en Alasora (pueblo de la capital), fue incisiva y conmovedora, ofreciendo a los que adoptan una imagen realista de la pobreza y atestiguando la utilidad de su contribución mensual a los niños de nuestras escuelas.

El P. Lorenzo Gasparro presentó posteriormente los proyectos estructurales en curso, regocijando a los numerosos participantes por las obras que el Señor hace a pesar de las muchas dificultades. Al final de este primer momento, fuimos a la Basílica para la concelebración eucarística. No podríamos alabar al Señor sin los sonidos, los colores y la animación típica de los isleños, que la comunidad malgache que vive en Roma compartió con la gran asamblea.

Presidida por el Provincial P. Serafino Fiore, la celebración fue atractiva y los bailes y ritmos malgaches nos hicieron saborear la belleza y la espontaneidad con que este pueblo alaba y celebra la Eucaristía. Al final de la celebración, el Secretario de las Misiones Extranjeras, el P. Alberto Ceneri y el P. Provincial entregaron a los adoptantes, a los grupos misioneros y a algunos colaboradores laicos de la “primera hora”, un pequeño regalo de expresión tangible de gratitud de los Redentoristas. de la Provincia Napolitana por el apoyo de la misión en todos estos años.

El evento jubilar terminó con un momento de celebración, bailes y convivencia en el antiguo refectorio de la comunidad religiosa de Pagani, por el cual agradecemos en primer lugar al P. Luciano Panella, por la recepción y por el excelente buffet preparado y compartido. La colaboración con el grupo “Abbracci Malgasci”, misioneros voluntarios de la parroquia de Sant’Alfonso di Pagani, ofreció un toque superlativo a la organización del evento; agradezco a todos y especialmente al  responsable Rosario Pepe por la dirección y la pasión con la que colaboró ​​con el Secretario de Misiones Extranjeras.

Al final de estos eventos de celebración se debe una reflexión final:

La sinergia que se ha generado entre los Redentoristas y los voluntarios nunca ha sido un hecho formal o una simple contabilidad organizativa, sino que ha madurado de la misma convicción de que los desafíos deben compartirse, que la caridad no es un valor que ha caído en desuso, que por encima de la ruptura del pensamiento fuerte todavía creemos en el hombre. Creemos y por eso seguimos construyendo puentes sin límites y sin fronteras.
Los misioneros redentoristas, al elevar la alabanza del Dios bueno por la celebración de este quincuagésimo, agradecen los numerosos sacrificios de los primeros misioneros en Madagascar, a los que han alternado en todos estos años y también al incansable trabajo de muchos voluntarios a quien expresamos nuestro debido agradecimiento y oración por su encomiable colaboración.

P. Alberto Ceneri

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