Un ejemplo para estos días: el hombre nacido ciego

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(del Blog de la Academia Alfonsiana)

La lectura del Evangelio del hombre nacido ciego es mi texto favorito de las Escrituras (Juan 9 1-41).

Observe cómo comienza, sin que el hombre pida nada. En cambio, mientras sus discípulos se preguntan por qué el hombre nació ciego, Jesús pone el lodo en los ojos del pobre hombre y le dice que se lave. El hombre vuelve curado.
Pero esto es solo el comienzo de la historia.
Mientras tanto, Jesús sale y se va.
Los líderes quieren saber cómo fue sanado este hombre. Aquí es donde las cosas se vuelven peligrosas para los humanos. Al final de la historia, sus padres asustados se alejan de él y los líderes del templo lo expulsan. El se va solo.
A lo largo del texto, es increíblemente impresionante, testificando por sí solo, en cada ocasión, con mayor confianza sobre quién es Jesús y lo que Jesús hizo por él. Eventualmente creció con tal coraje, sabiduría y fe que da vuelta las cosas y comienza a cuestionar a quienes lo cuestionan. Es un tour-de-force para el hombre nacido ciego. Pero lo expulsan del templo.
Finalmente, Jesús regresa, después de enterarse de que el hombre ciego ha sido expulsado. Encuentra al hombre y le revela que él es el Hijo del Hombre. El hombre que testificó lo que Jesús hizo por él ahora completa su testimonio y adora a Jesús.

¿Por qué lo amo? Creo que se trata de la vida de oración de todos.
Primero, Jesús llega sin demasiado ruido pero simplemente toca al hombre. Él escucha a Jesús y actúa de acuerdo con las instrucciones. Creo que es la clave para entender que Jesús se nos acerca primero.
Creo que estos hechos inconfundibles del encuentro son lo que da, como el hombre nacido ciego, la certeza de la fe.
Segundo, Jesús no se queda.
De hecho, cuando las cosas se ponen difíciles, Jesús tiende a no estar allí, justo cuando comienza la crisis. (¿suena familiar?)
Tercero, Jesús parece confiar en que el hombre entenderá lo que tiene que decir (¿es por salvación, por la naturaleza del hombre, por el Espíritu Santo? Por supuesto, lo que sea). El punto es que Jesús lo sana, lo deja solo para cuidarse.
Cuarto, Jesús no parece preocupado. No es solo el hombre ciego que se va para defenderse, piensa en Marta y María esperando a Jesús cuando su hermano Lázaro está muriendo. Jesús se queda atrás deliberadamente.
Quinto, Jesús regresa después como llegó. Cuando todo termine, verifica al hombre para ayudarlo a comprender aún más lo que ha aprendido.

Es un texto muy honesto sobre la ausencia de Jesús en tiempos difíciles. Es como si a Jesús le gustara dejarnos solos, que confía en nosotros. Pero eso finalmente se registra.

Así que ahora estamos en medio de una pandemia global. ¿Donde está Jesus? ¿No lo encuentras? No sorprende. Esta vez las iglesias también están cerradas. ¿Significa algo? No lo creo.

Jesús está cerca, lo sé por cada fibra en mi cuerpo. Aparecerá de nuevo. Pero mientras tanto, espera que hagamos lo correcto hasta que regrese.

Final de la historia.

James F. Keenan, S.J.

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