C de conciencia

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(Del Blog de la Academia Alfonsiana)

“Para empezar, pongamos la proposición: la fenomenología pura es la ciencia de la conciencia pura”.

Pocos términos en fenomenología son tan complejos como “conciencia”. A continuación, intentaremos introducir al lector en esta complejidad ofreciendo una breve glosa de la afirmación antes mencionada del padre de la fenomenología, Edmund Husserl (1859-1938).
La primera palabra que merece atención aquí es “ciencia”. Husserl era matemático de formación, pero al comienzo de su carrera se dio cuenta (!) De los límites de la epistemología que opera en las ciencias empíricas. No negó la legitimidad de esta epistemología a medida que avanzaba, pero estaba convencido de que no había ido lo suficientemente lejos. En otras palabras, creía que había mucho más en el conocimiento humano de lo que estaban revelando las ciencias empíricas. Y así se embarcó en la monumental tarea de construir una ciencia nueva y precisa (fenomenología) que trascendiera estos límites.
Para comprender la fenomenología es necesario prestar mucha atención a una segunda palabra de la cita anterior: “comenzar”. Husserl estaba convencido de que las ciencias empíricas comienzan demasiado tarde, dando por sentado mucho de lo que merece un escrutinio crítico. Por tanto, la fenomenología puede entenderse como una ciencia que comienza mucho antes que las ciencias empíricas en el sentido de que cuestiona lo que tienden a suponer.
El supuesto más evidente de las ciencias empíricas es la conciencia misma. Ocupados tratando de explicar y manipular el mundo, pasan por alto la pregunta más profunda de todas: ¿Cómo puede un cuerpo ser consciente? La respuesta de Husserl se refiere principalmente a la intencionalidad y la temporalidad. Dicho (ridículamente) esto simplemente significa que si no tuviéramos la capacidad de enfocar nuestra atención en diferentes objetos sucesivamente, mientras retenemos nuestra experiencia de estos objetos y nos proyectamos en nuestra experiencia futura de estos mismos objetos, entonces el mundo sería un mancha amorfa.
Husserl era perfectamente consciente de que la mayoría de las personas, la mayoría de las veces, hacen todo esto sin pensar en ello, viven en lo que él llama “la actitud natural”, dando por sentado a sí mismos, a sus cuerpos y al mundo. La fenomenología es una invitación a desacelerar, a abrirse (a través del cuerpo que eres) al mundo tal como es y a preguntarte cómo responder a este mundo. El objetivo de la fenomenología es recuperar, al menos parcial y momentáneamente, la calidad de conciencia que tiene un niño pequeño cuando mira un guijarro con asombro.

P. Martin McKeever, CSsR

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