Indonesia: Jóvenes rezan con María en Cijantung

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El 1 de octubre de 2025, primer día del Mes del Santo Rosario, la iglesia se llenó de fieles unidos en oración, regocijándose con una renovada esperanza. Esa noche, el ambiente en la Parroquia de Cijantung era de profunda recogimiento. De 13 áreas pastorales, 13 representantes de la Juventud Católica (OMK) se acercaron, representando a 46 comunidades vecinales. Con paso decidido y con el corazón elevado en oración, se acercaron uno tras otro. De manos del párroco, Padre Robertus Ndajang, CSsR, recibieron con devoción el Icono de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro, signo del amor de Dios que se convertiría en su compañero de oración.

El Icono de María no permanecería en la iglesia. Caminaría con los jóvenes, llevado a cada área pastoral, visitando casa por casa en las comunidades vecinales. Allí, se rezaría el Santo Rosario. Cada cuenta de oración uniría cada vez más los corazones de los fieles, especialmente de los jóvenes, a María, la Madre fiel.

Cada vez que reciben el Icono, los jóvenes explican el significado de sus símbolos. Pero van más allá: abren espacios de diálogo, compartiendo sus vidas, sus dificultades y su deseo de estar más presentes y activos en la vida de la Iglesia y la sociedad. El Icono se convierte así en una ventana de oración y una puerta de entrada al diálogo.

En su homilía, el Padre Roby se dirigió a los jóvenes con gran entusiasmo. Los invitó a aprender de la Santísima Virgen María y de Santa Teresita de Lisieux, patrona de las misiones. Con cariño, les dijo:
“Oren con corazón de niño. La oración es sencilla. Sigan el ejemplo de Santa Teresita: amen en las pequeñas cosas, sean fieles en las tareas diarias y hagan todo con amor. Ustedes, jóvenes que guían la oración, están haciendo algo extraordinario. Sean fieles. Dediquen su tiempo al Señor”.

Luego afirmó con contundencia que los jóvenes son verdaderos Misioneros de la Esperanza, diciendo:
“Ser misionero no significa principalmente ir lejos, sino tener un corazón dispuesto a entregarse al servicio. Lleven esperanza a sus barrios, a sus comunidades y a todos los lugares donde viven y trabajan. Dejen que el amor de Dios obre a través de ustedes, para que pequeños gestos den origen a grandes obras”.

Estas palabras conmovieron profundamente a los presentes. Muchos jóvenes se mostraron visiblemente conmovidos. Uno de ellos dijo espontáneamente:
“Ruega por nosotros, Padre, para que este movimiento nos inspire y fortalezca verdaderamente a nosotros, los Jóvenes Católicos de Cijantung”.

El recorrido de este Icono no es un simple ritual. Es un signo de misión. Es un movimiento que llama a los jóvenes a participar activamente en la vida de la Iglesia, a través de la oración, el servicio litúrgico y las obras de caridad y justicia.

Sí, los jóvenes necesitan ser acompañados. Necesitan personas dispuestas a caminar con ellos, no solo para darles consejos, sino para estar presentes en las realidades de sus vidas, en sus alegrías y sus dificultades.

Y en el Al final, el mensaje que une todos los corazones es este:
Los jóvenes no son un problema. Son la solución. Son Misioneros de la Esperanza.

Caminemos con ellos, acojámoslos y ofrezcámosles espacio para crecer. Porque el presente y el futuro de la Iglesia y del mundo están en manos y corazones de los jóvenes.

P. Willy Ng Pala, CSsR.