Hoy, viernes 4 de noviembre, después de la gracia tan especial que experimentamos por los dos días de retiro guiados por el Cardenal Tagle, retomamos las tareas del Capítulo.
Iniciamos con la eucaristía por grupos. En la sala capitular se eligieron dos nuevos escrutadores para completar 4.
El R.P. General tomó la palabra para dar respuesta a algunas de las inquietudes que surgieron sobre su informe: – Al hablar de las conferencias como estructuras de transición no quiso decir que fueran temporales, sin más, sino que el acento estuvo puesto en que ellas tienen que evolucionar para fortalecer la misión, el discernimiento misionero y la reestructuración. De ahí que, por ahora, no es conveniente cambiar las Constituciones ante estas nuevas estructuras, porque estamos en proceso de discernimiento, de evolución y de consolidación. Esto llevará más de una década. – Afirmó que los proyectos comunes de misión y formación necesitan ser aprobados por el Consejo general para garantizar su estabilidad. Por ahora están bajo la guía de las conferencias con la anuencia del Gobierno general. Si no fuera así, se tendría que crear una estructura que las guíe y apoye. – Sobre la reestructuración de las provincias y la unificación de unidades, habló de la necesidad de unidades más fuertes y no, más grandes. Con esta expresión se incluye el proyecto de tener prioridades misioneras claras, comunidades apostólicas más fuertes, vida consagrada más evidente, personal suficiente de consagrados y laicos, etc. El criterio de base es fortalecer la misión.
Después de la intervención del R. P. General, intervinieron la comisión del informe económico y el ecónomo general.
La comisión del informe económico está conformada por los padres Johannes Roemelt de san Clemente, Jovencio Ma de Manila y Joseph Apisit Kritsaralam de Thailandia. El P. Joseph hizo la presentación recordándonos que el objetivo de esta comisión es examinar el estado actual de las finanzas del Gobierno General y hacer recomendaciones al Capítulo General y al Gobierno General. Nos recordó la crisis que vivimos en años anteriores por la pérdida significativa que tuvimos y cómo hoy hemos ido recuperándonos poco a poco.
Recomienda al Capítulo General incentivar los compromisos de todas las unidades para apoyar la economía del Gobierno general, nombrar un equipo que lidere la búsqueda de recursos, instituir una colecta anual en toda la congregación, formar a los ecónomos, hacer auditorías externas, que el sistema de contribución debe ser modificado, no cambiado, para que sea más fácil de entender y manejar, etc.
Informe del ecónomo general, P. Carlos Viol.
Se ha avanzado en la claridad de los informes de las unidades y en las eficientes relaciones entre el ecónomo y las unidades. Dice que hay un buen equipo de economía; esto garantiza la competencia y la responsabilidad.
Omitimos los números. Existen tres fondos, uno el del Gobierno General del cual dependen la Curia, la comunidad de san Alfonso, la Academia Alfonsiana, Archivo General e Instituto histórico, etc. Otro el de solidaridad del Gobierno general y el tercero el de África-Madagascar que no es manejado en el economato general.
Con el nuevo sistema de contribución se va incrementando el ingreso, aunque lentamente. El sostenimiento del Gobierno general depende de varias fuentes, pero el mayor aporte lo dan las unidades. Este sistema no se piensa cambiar, pero sí se debe ajustar para mejorar los ingresos. Otra virtud de este sistema es que implica a todas las unidades.
Sesión de preguntas: Se agradece la labor del ecónomo, de su equipo y del secretariado por el buen desempeño. Se cree que lo mejor es conservar el sistema de contribución y hacerle los ajustes necesarios. Se hace un llamado a todas las unidades a la transparencia, responsabilidad y solidaridad. Se pide que ojalá la economía de la unidad sea manejada por un equipo y que no trabaje sólo el ecónomo encargado, que se haga periódicamente auditoría externa y que no olviden los ecónomos que ellos asesoran y administran, no deciden. Es importante que se haga una adecuada rendición de cuentas y que haya una auditoría externa.
P. Jorge Gómez Rueda, CSsR