Agradecemos y miramos al futuro

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(Roma) Con motivo del 289 aniversario de la fundación de la Congregación del Santísimo Redentor, el p. Michael Brehl CSsR, superior general, presidió la celebración eucarística con la comunidad redentorista internacional de la Casa San Alfonso en Roma, el martes 9 de noviembre.

“Hoy queremos dar gracias a Dios por los 289 años de Congregación y por todas las cosas buenas que Dios ha obrado a través de nuestro instituto, a través de los misioneros redentoristas para el pueblo, para los pobres, para los abandonados, para la Iglesia” – empezó p. Brehl su homilía. – “Damos gracias a Dios por san Alfonso y por todos nuestros grandes antepasados ​​y por todos nuestros cohermanos que durante décadas han dedicado su vida a vivir y desarrollar este gran don del Instituto del Santísimo Redentor para el bien de su pueblo”.

El P. General recordó las circunstancias históricas de la fundación y los humildes comienzos del instituto en Scala. Citando algunas frases de la biografía de san Alfonso del P. Antonio Tannoia, recordó el clima de los primeros años de la nueva congregación religiosa y la intención del fundador:

Si Alfonso quiso diseñar esta gran obra para la gloria de Dios y en beneficio de la Santa Iglesia, como gran Arquitecto, no faltaron los ensayos. La única intención propuesta no era otra que la de unir en un solo cuerpo a tantos sacerdotes celosos, que no tenían otro propósito que la gloria de Dios y la salvación de las almas. Sobre todo una vida apostólica, completamente uniforme a la Vida Sacrosanta de Jesucristo, que es humilde y pobre, totalmente expropiada de sí mismo y de las cosas de esta tierra. [A. M. Tannoia, Della Vita ed Istituto del venerabile servo di Dio Alfonso M. Liguori…, Libro II, cap. I].

Al concluir su homilía, el P. General compartió su creencia de que San Alfonso también nos está diciendo las mismas frases a nosotros, miembros de la Congregación Redentorista, mientras nos preparamos para el próximo Capítulo General. – “Queremos seguir construyendo esta obra de evangelización cuando queremos reimaginar el carisma redentorista para el mundo de hoy. Cuando queremos responder a esta llamada del Redentor con la misma generosidad. Cuando queremos seguir construyendo sobre los cimientos que ese arquitecto, nuestro fundador, puso hace muchos años. Y nos dice: no olviden nunca que no hay otra propuesta que la que les ofrecí desde el principio: amar a Cristo, seguirlo, vivir apostólicamente y servir a los pobres y abandonados “.

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