Haití: redentoristas, anuncio de Esperanza tras las huellas del Redentor en un país en fuerte crisis

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“Los redentoristas de Haití celebran la fiesta de San Clemente en una casa recién construida”

A pesar del clima de terror que atraviesa la capital haitiana desde hace varios años, en un ambiente fraterno, los cohermanos de las tres comunidades redentoristas de Puerto Príncipe se unieron en la casa San Clemente recién construida, para celebrar con mucha alegría la fiesta del segundo fundador de Nuestra Congregación misionera y patrón de la casa formación.

La celebración eucarística fue animada por los jóvenes en formación. En su homilía circunstancial, el padre Renold Antoine, C.Ss.R, quién presidió dicha celebración, resaltó varios aspectos fundamentales que marcaron la vida de San Clemente.

Después de la misa, los cohermanos tomaron fotos, visitaron el edificio y finalmente hubo un compartir fraternal.
Para muchos participantes, poder reunirse como comunidad sobre todo en el contexto actual de Puerto Príncipe, permitió a los cohermanos fortalecer los lazos fraternales y también afianzar su compromiso misionero para seguir anunciando en las tierras haitianas la Esperanza trás las huellas del Redentor al igual que San Clemente.

P. Renold Antoine
misionero redentorista


Haití está sumido desde hace años en una profunda crisis económica, de seguridad y política. El asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021 agravó la situación. La violencia y la inseguridad social son los principales problemas de la población.
UNICEF denuncia que escuelas en Haití son blanco de la violencia. La agencia de la ONU destacó en un informe que 72 escuelas en Haití vivieron actos de violencia en lo que va de 2023 por parte de grupos armados.
“Bolsas de arroz, masa y maíz usadas para las meriendas escolares -un salvavidas para muchos niños en Haití- también han sido robados, junto con implementos de cocina”, añade UNICEF.
La agencia también advierte de la creciente inestabilidad en el país, que ha visto a las pandillas armadas tomar el control de muchas áreas y amenazar las posibilidades de los niños de asistir a clases.

La Conferencia Episcopal de Haiti, recordando la visita del Papa Juan Pablo II, ha lanzado un grito de alarma hace pocos días: “disputas internas han dado lugar a un mal gobierno caracterizado por la impunidad, la injusticia, la desigualdad excesiva, la corrupción, la violencia. Esto va corroyendo todo el cuerpo social y erosionando las condiciones de vida de nuestros hermanos y hermanas, muchos de los cuales viven en condiciones de extrema pobreza.
Bandas armadas reclaman: robo, violación, saqueo, incendio, secuestro, asesinato. Por todas partes del país multiplican sus demostraciones de fuerza, ocupando cada día nuevos espacios bajo la mirada impasible de las autoridades, cuya indiferencia e inacción son más que desconcertantes.
¿Cómo pueden los que están en el poder, que se supone deben defender y proteger a los ciudadanos, ser tan pasivos ante una violencia tan cruel, que sume a toda la sociedad en la angustia y la desesperación colectivas?.
Es aquí que recordamos entre la gente el mismo grito de hace cuarenta años: “¡Algo tiene que cambiar aquí! ¡Y es hora!”

Scala News

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