Muro Lucano, Italia: Fiesta regional en honor a San Gerardo Maiella

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Del 24 de agosto al 2 de septiembre en Muro Lucano, ciudad natal de San Gerardo Maiella, tuvieron lugar las celebraciones anuales en honor del santo redentorista, patrón de la antigua y evocadora ciudad lucana.

El programa de actividades y actos, tanto religiosos como civiles, estuvo muy completo, atrayendo a numerosos peregrinos y visitantes de localidades vecinas y de otras zonas de la Región y alrededores. No faltaron los emigrantes muranos, fieles a la cita anual con el santo y a su celebración.

El párroco, don Tomás Jhon, que desarrolla su ministerio en Muro desde hace casi un año, quiso poner la vida y la espiritualidad de San Gerardo en el centro de la reflexión de la comunidad parroquial, implicando también a las comunidades vecinas, con sus párrocos y alcaldes, para un intercambio espiritual y cultural que resultó muy fructífero.

La novena, como es costumbre, se celebró en la Catedral, a la que acudían cada tarde numerosos fieles, deseosos de escuchar la palabra de Dios y venerar al santo.

Los últimos cuatro días hemos tenido la alegría de tener al P. Vincenzo La Mendola, Redentorista de la Provincia Romana, archivero e historiador de su Congregación, ya conocido por haber escrito la biografía de otro gran hijo de Basílicata, el P. Francesco Antonio De Paola da Ruvo del Monte, segundo superior general de la Congregación, y por sus otros estudios y ensayos.

Desde su llegada el P. Vincenzo recibió la simpatía del pueblo. Vestido con el hábito de su Congregación, fue una presencia familiar para los habitantes de Muro, siempre agradecidos a los Redentoristas por su presencia en Muro, desde el inicio de la fundación de su Congregación.

Ya desde la primera velada, el predicador nos presentó las virtudes teologales vividas por san Gerardo, basándose no sólo en sus biografías y escritos autógrafos, sino en gran medida en los testigos de los procesos de beatificación. Entre estos, el P. Vincenzo prefirió citar a los testigos de Muro, concretamente 60, que declararon en el juicio de 1843, que tuvo lugar en la entonces diócesis de Muro, 88 años después de la muerte del Siervo de Dios. Ha sido como hacer un viaje en el pasado y sentir a San Gerardo vivo entre nosotros.

A través de las descripciones de testigos oídos pudimos comprobar cómo la fama del joven redentorista, fallecido con tan solo 29 años, se había extendido y perpetuado en la memoria colectiva de los murcianos. Personas de todas las edades y orígenes sociales, con especial referencia a 28 mujeres (¡14 laicas y 14 monjas!), narraron, con colores vivos y realismo de lenguaje, las virtudes ejercidas por el santo lucano, plasmado en su vida de laico ( casi 23 años pasados ​​en Muro)

y, posteriormente, como religioso redentorista (unos 6 años en la Congregación). Surgieron aspectos inéditos de la vida de San Gerardo, matices de su personalidad que lo hicieron aún más cercano a nosotros e irresistiblemente más fascinante. ¡Conocerlo en vivo y de cerca nos ha permitido amarlo más y sentirlo aún más nuestro!

El P. Vincenzo, entrelazando datos históricos con reflexión espiritual, nos ha dado un perfil interesante, y para nosotros inédito, de nuestro hermano santo, visto por sus contemporáneos e impreso en su memoria, como uno de los personajes principales de su historia. La predicación popular, erudita y agradable del P. Vicente fue muy apreciado por el pueblo de Mura, a quien devolvió a su santo en toda su humanidad desarmante, con interesantes aplicaciones concretas a la vida y al camino de los cristianos de nuestro tiempo.

A los Redentoristas, representados por el P. La Mendola, nuestro agradecimiento por su presencia en Muro, siempre esperados, bienvenidos y apreciados como miembros de la familia. Muro Lucano regaló a la Congregación de los Redentoristas tres de sus hijos más ilustres: San Gerardo, el obispo Vincenzo Maria Marolda y el rector mayor p. Giuseppe Lordi, personajes que reafirman el vínculo histórico entre la comunidad de Murese y la Congregación fundada por San Alfonso, vínculo que perdura en el tiempo.

Han sido días de gracia, entusiasmo y crecimiento espiritual, que esperamos den frutos en la vida ordinaria de nuestra comunidad y de todos sus miembros. Los santos son nuestros contemporáneos, dijo el Papa Benedicto XVI, nunca envejecen, su perenne juventud es prueba de que la vida vivida con Cristo colma y eleva al hombre a la plenitud de su humanidad y lo colma de felicidad. De hecho, San Gerardo puede definirse como un santo feliz, capaz de transmitir esperanza y alegría a los hombres de nuestro tiempo.

Prof. María Antonieta Lordi

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